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Parque Natural Nacional Macuira - La Guajira
Si pensabas que en La Guajira el desierto se eterniza en una caliente lámina de oro, eres uno de aquellos que necesita leer este artículo de principio a fin para reconsiderar esa idea. Te queremos contar sobre un tesoro único en su tipo, un lugar tan exuberante y exótico, que puede pensarse en términos de una enorme isla verde flotando en medio de un océano ardiente.
El Parque Natural Nacional Macuira es lo más raro, y por esa misma razón, lo más espectacular que encontrarás en estos inhóspitos parajes: un área de 25 mil hectáreas, protegida desde el año 1977, que comprende gran número de ecosistemas, desierto en sus alrededores, bosque seco perennifolio, bosque seco tropical y los bosques enanos de niebla, estos últimos cuentan con un parecido innegable con los bosques cercanos a los páramos de la región de Los Andes.
En ese sentido, te interesaría saber que el típico bosque de niebla se eleva por encima de los 2.700 msnm para tener esas condiciones tan refrescantes, pero este particular ecosistema guajiro se sale de la norma siempre que sus alturas apenas si logran sobrepasar los 600 msnm… nadie se esperaba un espectáculo de tal tipo cerca de las calientes dunas.
¿Y cómo se llega? No hace falta ser como uno de esos personajes de películas perdidos en el desierto para entrar a este oasis colombiano, de hecho, no es difícil llegar pero si requiere un poco de preparación y paciencia: el Parque Natural Nacional Macuira se encuentra en el corregimiento de Nazareth (La Uribia) y para arribar a él, desde Riohacha, necesitarás de una 4x4. El viaje puede tomar entre 6 y 8 horas dependiendo de las condiciones.
Eso sí, antes de emprender la aventura no debes olvidar agua embotellada, ropa adecuada para practicar senderismo, muda de prendas por si te empapas ―cosa bastante probable por la desconcertante humedad del lugar—, repelente para insectos, bloqueador solar, algunos snacks, etc. (No sobra decir que no debes llegar con mascotas y que cada basura debe ser empacada en una bolsa plástica para su debido procesamiento en los centros urbanos).
Una vez llegues a este impresionante destino te registras en el libro de visitantes y… ¡voila!, te aventuras por los múltiples senderos (no olvidar contratar un guía, muchas veces las señalizaciones son cambiadas) y descubres todos y cada uno de los imperdibles del Macuira: Cerro Palúa y cerro Jibome (puede haber restricciones para el acceso a las zonas más vírgenes), los miradores naturales, la cascada La Princesa, las dunas de Puerto Estrella, las pinturas rupestres de Ipanalu Siapana, el médano de Aleewolu, el chorro de Uluipanairuku, las bateas, o las piscinas naturales del parque, etc.
Asimismo, podrás conocer cada uno de sus salvajes habitantes entre los que destacamos monos cariblancos, tigrillos, gatos salvajes, conejos, ardillas, otras pequeñas especies de mamíferos y una impresionante y variada cantidad de reptiles, anfibios e insectos. Y como la niebla y estos bosques vírgenes son muy buenos capturando agua, no faltará en tu visita la posibilidad de acercarte a arroyos y quebradas de una pureza impresionante. Lo justo para refrescarse después del largo viaje.
Por su parte, las 140 especies de aves que habitan el lugar se constituyen en perfecta excusa perfecta para los que nunca se van de casa sin binoculares, les llaman ornitólogos y se dedican al avistamiento de aves. Pero vamos, que no hay que ser un experto en el tema para disfrutar de la exótica avifauna del parque.
Finalmente, no olvides que para lograr una mejor experiencia, el parque es el hogar de ecoguías wayuu que son los mejores intérpretes con los que podrás contar para que no te pierdas de los detalles y secretos naturales de esta maravilla colombiana.